Alguien me dijo, una noche de Agosto mientras paseabamos, que la amistad estaba totalmente sobrevalorada. En ese momento creo que me reí de él como solía hacer. Seguro que le conteste con un " Eres un capullo tremendista" y olvidamos el asunto.
Poco a poco me doy cuenta (sí, soy algo lenta...) de que puede ser una gran verdad. ¿Realmente necesitamos amigos o podemos tener una vida plena sin ellos?
Esta claro que los humanos somos seres sociales, pero hasta qué punto necesitamos personas a nuestro lado a las que colgar esa etiqueta que tanto nos gusta: "amigo".
Cada día veo como las personas se relacionan unas con otras cubriendo sus verdaderas emociones y pensamientos con máscaras de falsedad que yo nunca logré construir, pero se les ve felices. Puede que sea simplemente una felicidad banal provocada por amistades vacias pero felicidad al fin y al cabo.
¿Debería empezar a poner en marcha toda la hipocresía que tengo escondida en algún rincón de algún pliegue de mi corteza cerebral? ¿O puedo ser feliz con lo que tengo?
miércoles, 29 de abril de 2009
lunes, 13 de abril de 2009
Wrong
Aunque uses tus mejores intenciones
Aunque te esfuerces de verdad
Y saques toda la benevolencia que hay dentro de ti
Vas a cometer errores
Vas a hacer daño y te lo van a hacer a ti
Cada vez tendrás mas heridas
Que desangrarán tu ilusión lentamente
Día a día
Decepción tras decepción
La solución puede que sea no pensar
Pero al menos yo no tengo esa costumbre muy arraigada
Ojalá tuviéramos un botón de borrar
O una caja del olvido
Y pudiéramos tirar allí todo lo que nos duele recordar
Y simplemente seguir avanzando.
Queremos pensar que eso no pasa porque alguien dijo una vez que debemos aprender de nuestros errores y dejar que el cartel luminoso que nos persigue gritándonos
“has hecho mal” se funda por si solo.
Aunque te esfuerces de verdad
Y saques toda la benevolencia que hay dentro de ti
Vas a cometer errores
Vas a hacer daño y te lo van a hacer a ti
Cada vez tendrás mas heridas
Que desangrarán tu ilusión lentamente
Día a día
Decepción tras decepción
La solución puede que sea no pensar
Pero al menos yo no tengo esa costumbre muy arraigada
Ojalá tuviéramos un botón de borrar
O una caja del olvido
Y pudiéramos tirar allí todo lo que nos duele recordar
Y simplemente seguir avanzando.
Queremos pensar que eso no pasa porque alguien dijo una vez que debemos aprender de nuestros errores y dejar que el cartel luminoso que nos persigue gritándonos
“has hecho mal” se funda por si solo.
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